Proyecto Ensamble, a desempolvar las tijeras!

Proyecto Ensamble es de esas iniciativas que no debes dejar pasar, sobre todo si rayas con el diseño. Explicado en detalle, a prueba de despistados, en  inconcientecolectivo por Sacha Finsterbusch, uno de los precursores de la iniciativa, de esta manera:

“Al elegir nosotros el formato de papel como un lienzo, pensamos en darle cabida a diseñadores jóvenes que quisieran mostrar un poco de su trabajo en una vitrina particular como lo es el papel y sobre todo un Paper toy. Entonces considerando el hecho de que ya existían bastantes iniciativas basadas en estos monitos de papel, decidimos jugárnosla con un paso más allá que lo que estaban haciendo todos. Y para diferenciarnos fue que llegamos a ensamble 1.0, que era juntar varias de estas figuras para formar una mega estructura.

En un principio se pensó en ocupar 2 elementos de unión. Uno era un tubo hecho de papel y el segundo era una figura parecida a una caja de fósforos. El tubo unía la parte circular del modelo con las mismas partes de otros modelos. La figura parecida a una caja de fósforos, unía los modelos por la parte inferior, formando si se quería, una especie de molino. Experimentando con estas uniones, nos dimos cuenta que el elemento tubo, era el que peor iba a funcionar, aparte de la dificultad para armarlo, ya que este no calzaba perfecto en la parte circular, teniendo que pegarse para poder unirlo.

A Glass and a Half Full of Joy

Hace poco fue Cannes y sus famosos leones, ansiados por muchos, cuestionados por otros, pero no hay duda que son quienes mueven la industria. Es por esto que quería hablar del Grand Prix de este año, que fue para Cadbury y su gorilla baterista. Un comercial raro, que por algún motivo genera algo muy rico. No se si será por las expresiones del gorila u otra cosa, pero si no ponemos a pensar ¿Qué tiene que ver una gorila, tocando bateria, la leche y Phil Collins? Si se ve así de pasadita una piensa que idiotez o la pelaita de cable que se mandaron estos gallos. Sin embargo, me gustaría creer que vamos por un nuevo tipo de publicidad una publicidad totalmente subjetiva y de libre interpretación, por ejemplo mi primera reacción fue hacer el link entre Phil Collins y la batería, super tosca y torpe sin interpretación y puramente racional. Después si se ve bien parte con «A Glass and a Half Full of Joy» y te puedes poner a pensar en lo que el chocolate te da y te entrega como beneficio, es un estimulante, genera endorfinas, da energía y para mucha gente comer chocolate es una experiencia religiosa y como la transición del gorila que se prepara para mandarse con todo a tocar y disfrutar ese vaso y medio de felicidad, es ver el vaso medio lleno, como el cuento de Augusto Monterroso, «El Dinosaurio»:

«Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí».

Debe ser el cuento más corto del mundo pero su gracia está en dejar a la interpretación y a la imaginación. Si bien los comerciales son películas de 30 o 60 segundos tal vez sea una buena forma dejar la pelota botando y cada uno la patea como quiera o quizás simplemente sea un mono tocando batería que quiere vender chocolate. Ve tú.

Benja Macan.

la cultura llora, lagrimea y la rutina se vuelve rutina

Leyendo un poco la revista “estar ahí” de, a mi gusto, pésimo nombre pero no por eso excelente contenido, me lleve la agradable sorpresa de toparme con un escrito de Pierre Sauré Costa, el cual trataba desde su punto de vista el problema del arte y la cultura en Chile, y es que la realidad es que se ve como algo lejano que hay que ir a buscar, cuando en realidad esta muchas veces al lado tuyo, curiosamente a un metro de distancia, tema el cual incluso dio para ser tratado entre pasillos con una amiga.

Y es que estamos tan acostumbrados a escuchar que hace falta mas cultura y encontrarnos con gente que dice constantemente necesitamos mas arte, que en vez de dejar ese prejuicio y salir a encontrarnos con ella, nos quedamos argumentando lo mismo hasta el cansancio.

El texto enunciaba “mira como camino por las calles de Santiago, bombardeado de afiches de obras de teatro vistas, por ver, desconocidas y picantes”.

Y es que la situación de la capital y su arte se resume a esto: